miércoles, 23 de diciembre de 2009

Tianguis de Chalco, Auténtica cueva de ladrones.




*“-Aquí todos robamos, si no robáramos no existiría el tianguis-” afirman mismos comerciantes.

Por Efraín Morales Moreno.


Las interminables quejas de las amas de casa que acuden a comprar sus productos básicos al tianguis tradicional de los viernes en el municipio de Chalco, han llegado al hartazgo de las féminas que exigen una exhaustiva revisión del comercio sobre ruedas que existe en la municipalidad donde de manera impune se cometen abusos tropelías e irregularidades sobre todo con el sistema de pesaje que impera en el sistema de ventas callejeras.
Con básculas desniveladas, viejas e inservibles, y de manera mañosa “arregladas”, los tianguistas ofrecen sus productos a la ciudadanía, quienes son atracados por sus proveedores de forma descarada ya que siempre se encontrarán que sus kilos son de 800 gramos ó menos y además en muchas de las ocasiones éstos abusivos comerciantes solo venden sus productos en “paquetes” de tres kilos obligando así a sus clientes a comprar siempre en múltiplos de tres (kilos).
Al respecto, el eterno líder tianguista de los viernes Ramón Torres Palafox, argumentó que ellos siempre le han exigido a la Procuraduría Federal del Consumidor (profeco) que instale básculas verificadoras dentro del tianguis para que las amas de casa comprueben que están comprando kilos completos; sin embargo, personas de la mesa directiva de los comerciantes, -que también son vendedores- argumentaron que esta es una forma de recuperarse de la merma que sale de las compras que ellos hacen al adquirir todos los productos por caja “-ya que ahí siempre sale producto dañado que va al desperdicio-” dijeron.
En el sistema de ventas que se ha puesto de moda en el tianguis, los comerciantes ofrecen tres kilos de fruta por cierta cantidad de dinero, pero si el cliente solo pide un kilo, el costo incrementa en más de un cincuenta por ciento además del riesgo de que esté adquiriendo kilos de 700 u 800 gramos.
Por su parte, la señora Mary, quien compró dos kilo de naranjas por los cuales tuvo que pagar más de lo que cuesta la “oferta” de tres kilos, rectificó el peso de su producto y se llevó la sorpresa de que en realidad le habían despachado 1 kilo con trescientos gramos y ella pagó el importe de dos kilos que marcó la báscula de su proveedor.
Sobre el reclamo al vendedor, éste solo se limitó a decir: “-aquí todos robamos, si no robáramos no existiría el tianguis y hágale como quiera yo estoy aquí hasta las diez de la noche para lo que guste-”. Y ante la indiferencia del líder del tianguis Torres Palafox en éste problema, la afectada asegura que las “marchantas” están en manos de ladrones que al parecer son intocables ya que todos los viernes llegan al mismo lugar a seguir robando a las desprotegidas amas de casa.

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