Abusivos Funcionarios del GEM, usan camionetas oficiales para su servicio particular.

*La ciudadanía critica éste tipo de arbitrariedades.

Por Efraín Morales Moreno.

Abusivos servidores públicos del gobierno del Estado de México, toman como suyos los vehículos que les proporciona la dependencia en la que “trabajan”, para servirse de ellos como si fueran unidades particulares y de su propiedad en las que realizan todo tipo de actividades personales con cargo seguramente al presupuesto del gobierno que como siempre es el pueblo quien lo paga.
En las inmediaciones del lugar conocido como “los cocos”, cerca de la caseta de cobro de la entrada al municipio de Chalco, se vio a una camioneta del Instituto Mexiquense de Salud con número económico 4963 y placas de circulación del Estado de México, matrícula MBL 92-00, que conducía un hombre que portaba gafete del Instituto de Salud mencionado, con el nombre de Roberto Clemente Romero García, quien llegó hasta el sitio acompañado de una dama “exclusivamente a echarse unos tacos” porque seguramente ya le andaba de hambre.
Este tipo de abusos, cometidos por funcionarios ó servidores públicos, son criticados y muy mal vistos por la ciudadanía, quien tiene que pagar el mantenimiento de estas unidades así como el gasto de combustible, como para que estos sinvergüenzas burócratas utilicen las camionetas para trasladarse a su puesto de tacos favorito en lugar de ocuparlas para desempeñar su trabajo.
Por si fuera poco, este tipo de prácticas son comunes entre la burocracia del gobierno del Estado de México y se agudiza en horas de labores del personal al servicio de la ciudadanía ya que es muy habitual que algunos de éstos “trabajadores del gobierno” tomen un rato libre para salir a consumir alimentos callejeros, sin el menor control por parte de sus “jefes”.
En el mismo lugar se hallaba una ambulancia de Caminos y Puentes Federales con número económico 120-110, con placas del estado de Puebla, misma que trasladaba a una joven y un caballero con uniformes de la paraestatal mencionada quienes alegremente degustaban sus taquitos y luego de un rato de estancia en el puesto callejero, subieron a la unidad, abrieron la sirena como si se tratara de una emergencia y salieron a toda velocidad.
Este tipo de actitudes tan repudiables y la arrogancia y prepotencia mostrada por la gente así como el abuso cometido por las personas mencionadas hacen que la ciudadanía pierda la fe y la confianza en los gobiernos que permiten éste tipo de atropellos en perjuicio de la gente de la sociedad civil.