*Se practica auditoria al ejercicio 2009, y ex funcionarios de esa administración, platican en reuniones muy cerradas con los auditores.
Por Efraín Morales Moreno.
Luego de que auditores del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) están realizando una auditoria al municipio de Cocotitlán, en el ejercicio 2009, es muy sospechosa la presencia de Miguel Florín González ex presidente municipal priista del trienio 2006-2009 junto con el tesorero de aquella administración Joaquín Arrieta Fermoso y el ex síndico municipal Ángel Remigio Castillo en las instalaciones del palacio de gobierno local, al parecer negociando con los auditores algunas acciones que pudieron haber sucedido en su periodo de gobierno municipal.
Al parecer, los auditores están negociando en lo oscurito con los ex funcionarios toda ves que las reuniones entre ambas partes se realizan a puerta cerrada y sin que haya información al respecto sobre lo que se habla entre ambas partes lo que levanta sospechas entre la ciudadanía ya que es bien sabido por la ciudadanía, la nefasta administración del citado Miguel Florín que llevó a cabo en su demarcación.
A pregunta expresa de éste medio de comunicación, sobre la presencia del ex presidente municipal a las instalaciones del palacio de gobierno, éste solo atinó a decir que “fue a saludar a uno amigos”, ó que “acudió por un acta al registro civil”, lo que desde luego no queda muy claro, ya que su mal trabajo realizado le impide tener amistades en el mencionado sitio.
Sin embargo, el hermetismo y cerrazón por parte de los auditores así como del ex alcalde Florín González, levanta todo tipo de sospechas ya que no se sabe a ciencia cierta a que están acudiendo al palacio municipal ni se sabe que tratan entre éstos y los auditores que tampoco dan información al respecto.
Es muy conocida la problemática en que se vio envuelta la recta final de la administración 2006-2009 titularizada por el multi citado Miguel Florín, al grado de que la auditoria que se lleva a cabo tendrá que sacar a la luz todas las irregularidades que desde afuera se observaron por la ciudadanía, misma que le gritó en su cara el desprecio que sentía por éste en el último día de su mandato.
Si no hubiese nada que ocultar, ambas partes tanto los ex funcionarios como auditores estarían en la mejor disponibilidad de aclarar con toda transparencia lo que se habla en las cerradas reuniones, y no habría nada que pusiese a la ciudadanía a mal pensar al respecto.
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