sábado, 23 de enero de 2010

En su visita a Tlalmanalco, Exagerada seguridad carga Peña Nieto.





*Cientos de policías de la ASE, y guardias vestidos de civil, dieron seguridad a Enrique Peña en su visita a la zona Oriente del Estado de México.

Por Efraín Morales Moreno.


Ante una gran concentración de humanidades, en su mayoría acarreados, el gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, visitó la zona oriente de la entidad para tratar de seguir convenciendo a los habitantes que sus promesas de campaña se han cumplido, sin ver que ya no es posible seguir engañando a la ciudadanía que las supuestas obras de beneficios social siguen pendientes y algunas otras otra dejando mucho que desear como el caso del colector cuauhtemoc de Ixtapaluca.
Con una exagerada seguridad personal, el gobernador Peña Nieto llegó con su acostumbrado retraso al evento donde miles de personas desesperadas, -luego de algunas horas de aguardo-lo único que quería era que ese tiempo de espera llegara a su fin, ya que todo ese tiempo perdido era solo para escuchar el demagogo discurso del gobernador gel boy, mismo que oyeron con indiferencia solo por que estaban obligados a estar ahí, so pena de sufrir las consecuencias.
Lo anterior se desprende de comentarios vertidos por algunos ciudadanos quienes comentaron a Jornada Política que su presencia se debía a que fueron obligados a asistir por líderes y dirigentes sociales bajo la amenaza de que quien no se presentara perdería apoyos como despensas, programas de beneficio social y de salud entre otros.
Cabe destacar que muchos inconformes empezaron a abandonar el sitio en cuanto Peña Nieto tomó los micrófonos para dirigir su gastado discurso, dándole la espalada al gobernador, quien tiene muchos pendientes con los mexiquenses a tan solo año y meses de concluir con su administración.
Finalmente destacamos la enorme cantidad de autobuses que se apostaron a más de dos kilómetros de distancia del lugar del evento por lo que los asistentes fueron obligados a recorrer esta distancia a pie, lo que llenó de descontento a muchos de los asistentes.
Mención aparte merece la enorme cantidad de guaruras quienes vestidos de civil y aparentemente armados, saturaban puntos estratégicos en el evento y muchos metros a la redonda donde se apostaron con radios y teléfonos para brindar la seguridad personal al joven gobernador.

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