Habitantes de la Z. O. del Edomex, víctimas de abusos de la ruta 98.

*Temen usuarios que estos despiadados sujetos se tome la atribución de subir el pasaje de manera ilegal, abusiva y caprichosa.

Por Efraín Morales Moreno.

Vecinos de la zona oriente del Estado de México, quienes son usuarios del transporte público de pasajeros, exigen a las autoridades correspondientes resuelvan de una vez por todas y en su caso sancionen a los líderes y transportistas de la ruta 98, ya que están haciendo cobros excesivos con lujo de abuso, pasando por alto la tarifa vigente autorizada, emitida por el Gobierno del Estado de México, donde marca que el cobro máximo dentro la ruta Chalco al metro Aeropuerto, será de doce pesos, y estos abusivos transportistas, cobran la tarifa de $ 13.50 en un servicio al que llaman “directo”, y del cual refieren los usuarios, no es del todo directo.

Además de éste tipo de excesos, los despachadores de la citada ruta que trabajan en la base de aeropuerto, en contubernio con los choferes, incrementan el costo del pasaje de manera arbitraria el día que se les antoja, llegando a cobrar desde los veinte y hasta los treinta pesos por persona según el capricho de éstos sujetos, con el pretexto del pesado tráfico vehicular, argumentado que su gasto de combustible es mayor.

A decir de los usuarios que platicaron con unomásuno/Diario Amanecer, temen que estos despiadados sujetos se tome la atribución de subir el pasaje de manera ilegal, abusiva y caprichosa durante los primeros días del año, tal y como es su costumbre al actuar al margen de las autoridades que se han mostrado tibias e incompetentes para detener éstos abusos en contra de la ciudadanía que tienen al necesidad de transportarse en las unidades de ésta tiránica ruta.

Argumentan los entrevistados que si las autoridades no frenan tanta arbitrariedad de la ruta 98, algún día los usuarios tendrán que actuar en consecuencia en contra del líder Javier Mondragón y demás secuaces, quienes piensan que son intocables ante las leyes, y que las pueden burlar de manera permanente apostándole a tanta corrupción que se puede ver entre las autoridades del transporte y la ruta, pero que tarde o temprano se tendrá que terminar.