*Afectada, cometo que funcionarios del GEM se la pasan en un restaurante consumiendo alimentos de altos costos
Por Efraín Morales Moreno
Habitantes de la zona oriente del Estado de México, quienes se vieron afectados por las inundaciones del pasado cinco de febrero con el desbordamiento del Río La Compañía, se sienten abandonados por sus autoridades municipales y del propio Gobierno del Estado de México, ya que luego de perderlo todo por causa de las pestilentes aguas negras que invadieron sus hogares, ahora el gobierno de la entidad menciona que “apoyará” económicamente a los damnificados con sumas que oscilan alrededor de los mil quinientos pesos, suma que más que ayuda es una burla para la comunidad según refieren denunciantes.
Asimismo, Rebeca Jiménez Solís, habitante de Valle de Chalco quien resultó afectada, cometo que los funcionarios del Gobierno del Estado de México, no los atienden como es debido, ya que se la pasan en un restaurante de la región consumiendo alimentos de altos costos con cargo al presupuesto estatal, mientras que a los vecinos que perdieron sus pertenencias durante el desastre, solo quieren darles una limosna como ayuda, lo que tiene muy enojados a los vecinos de la comunidad que sufrió severos daños en la contingencia.
Jiménez Solís, aseguró que funcionarios de la secretaría de salud, de desarrollo social y del DIF del Estado de México, llegan diariamente al citado restaurante a desayunar a las 9 de la mañana y se retiran cerca de las 12 del día para regresar a “la comida” en punto de las dos de la tarde, y claro todo con cargo al gobierno del Estado de México.
Por este tipo de acciones por parte de algunos indiferentes funcionarios del GEM, que solo llegaron al sitio de desastre por muy breves momentos, para permanecer sentados en el restaurante, es que la comunidad se siente abandonada, triste y arrepentida de haber confiado en la palabra de Enrique Peña Nieto a quien le sobra discurso para “calmar las aguas”, pero en la realidad poco ó nada hace por la gente en desgracia.
Abultadas cuentas de más de 40 funcionarios estatales, que disfrutan de costosos alimentos en un restaurante de lujo, es lo que tiene que pagar la ciudadanía además de recibir indiferencia y malos tratos por parte de quien se supone vino a dar apoyo a la comunidad en desgracia, quienes esperan que todo esto termine por la pesadilla que significa, además de que están cansados de alimentar a decenas de irresponsables empleados estatales que en lugar de apoyar, solo vinieron de paseo y a disfrutar de caras comidas a las que seguramente el pueblo nunca tendrá acceso.
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